La desventura del populismo Trumpiano

Por: Nadia Velmore @Nadiamaria_velmore

El 6 de enero del 2021 el mundo fue testigo de la caída del Capitolio y perplejos los lideres mundiales, los periodistas, propios y ajenos nos quedamos sin palabras ofendidos ante la retórica fraudulenta, mentirosa y amañada del hombre más poderoso del mundo, Donald J Trump.

 A temprana hora Trump llamo a un mitin político en el parque Ellipse localizado en el costado  sur de la Casa Blanca. Hay afirmo varias veces “Está elección ha sido el robo más grande en la historia de América” continúo con su discurso para después aseverar que esta era una “Organización criminal” solamente para terminar con la siguiente frase “Vamos a caminar a través de la avenida Pensilvania…y nosotros le daremos una ayudada a nuestros republicanos -solamente a los débiles, porque los fuertes no necesitan nuestra ayuda—nosotros les daremos dignidad y coraje para que puedan recuperar nuestro país.”

Donald Trump ha sido el instigador de movimientos racistas, conspiraciones falsas, fraudes electorales e incluso hasta negar la existencia del virus que tiene de rodillas al planeta. Sin embargo, a partir de convertirse en el gran perdedor de las elecciones ha incitado a sus seguidores a dar un “golpe de estado” o también llamado “cuop d’etat”. Algunos analistas y miembros del partido republicano argumentaban que era parte de una retórica y no un llamado a la “acción”. El día de ayer esta retórica se volvió realidad y el capitolio cayó a manos de la insurrección en contra del congreso que en ese momento votaba por la ratificación del nuevo presidente Joe Biden.

 Las escenas que vimos a través de las redes sociales y los televisores nos dejaron con la boca abierta en estado de shock. Sin embargo, la retórica de odio y racismo la hemos venido escuchando desde hace 4 años que Trump llego al poder.

La pregunta que todos tenemos en mente ¿Caerá la democracia más poderosa del mundo cómo cayo la Unión Soviética o la China comunista?

La respuesta es: No, la democracia esta viva y respirando. El pueblo americano cansado de los berrinches Trumpistas, el pobre manejo de la pandemia, la retórica de racismo y su delirio escondido por la supremacía blanca salió a votar y los ciudadanos se hicieron escuchar. Joe Biden se convirtió en el cuadragésimo sexto presidente de los Estados Unidos.

El congreso ratificó las elecciones la madrugada de hoy y la democracia sigue vive al menos en teoría.  Ya que el 51.3% de la población americana voto por Biden con 80 millones de votos convirtiéndose en el presidente con más votos de toda la historia. Trump pierde con 46.8% del voto popular es decir 74 millones de votos el segundo candidato con más votos de toda la historia con excepción de Biden.

 Entonces ¿Por qué Trump esta instigando a las masas a un golpe de estado?

Las respuestas son varias pero veamos algunas cuantas a grandes rasgos. Un presidente que ha sobrevivido un juicio ante el congreso, 2 divorcios, 6 banca rotas, 26 acusaciones por conducta sexual inapropiada y cerca de 4000 demandas en su contra. Se presume que Joe Biden a diferencia de Gerald Ford no otorgara un “Indulto presidencial” a Trump como lo hizo Ford con Nixon. ¡Trump no puede permitirse perder!

Actualmente el abogado de distrito de Manhattan y la abogada general de Nueva York lo persiguen por cargos de orden criminal debido a  prácticas por mal manejo de negocios, estos cargos los viene arrastrando desde antes de ser elegido como presidente. Y en estos casos la jurisdicción de ambos abogados esta fuera de la jurisdicción federal cualquier cargo que resulte en una sentencia o convicción, esta fuera del alcance de un indulto presidencial, es decir tendría que pagar por dichos crimenes.

Hoy en día, Trump tiene una deuda de más de 300 millones de dólares con diferentes bancos extranjeros y amenos que pueda refinanciar la misma, el continúa siendo directamente responsable de dichos créditos. Simplemente defendiendo las demandas antes mencionados se puede ir a la banca rota una vez más solamente en pagar las costas de los abogados, sin mencionar los prestamos de bancos extranjeros. Esto es quizás el mayor aliciente para quedarse en la presidencia.

 ¿Es acaso que el sistema electoral de Estados Unidos fallo y realmente los reclamos de Trump son ciertos?

 No, quien fallo fue el Presidente al incitar a la violencia, racismo, y la división entre los ciudadanos. Este intento de “golpe de estado” dejo al descubierto lo que el anterior movimiento “Black Live Matters” había venido pregonando el racismo sistémico que se vive dentro del país y la desigualdad social.

Ya que al ver las escenas de las que todos fuimos testigos nos dimos cuenta como al comparar la reacción de la policía en contra de los protestantes no son las mismas entre blancos y negros o mejor dicho entre el movimiento pro Trump encabezado por el grupo “Proud boys” grupo conocido por sus tendencias hacia la supremacía blanca y el movimiento “Black Live Matters” encabezado por la sociedad en general. Si bien es cierto esto, también lo es que el presidente tardo horas en llamar a la guardia nacional dando paso a que los manifestantes entraran al congreso armados, hicieran desmanes e irrumpieran la sesión aterrorizando a los ocupantes del edificio. A estos actos no se les puede llamar más que por su nombre “terrorismo doméstico”. ¡Y no! El deseo de escapar de la justicia disfrazado de un “fraude electoral” reclamado por él a punto de ser ex presidente no justifica estos actos de violencia.

 ¿Cómo afecta esto a las instituciones?

 El populismo Trumpiano dio luz a un movimiento que se mantenía dormido. La supremacía blanca, ha dado muestras de poder convertirse en un verdadero dolor de cabeza para la siguiente administración. Las instituciones han sido vulneradas, la guardia nacional fue amordazada en beneficio de una única persona enardeciendo la desigualdad que se vive en el país ante los ojos del mundo. El Congreso de la nación fue expulsado de su propio recinto y la ciudadanía se quedo preguntándose cómo es posible que el 46.8% del electorado haya votado por este hombre, forzándolos a cuestionarse ¿Qué esta mal?

 Si bien es cierto que Biden encontrara un país dañado, donde ambos bandos los republicanos y demócratas están heridos, una sociedad dividida en el cual un lado lucha contra el racismo sistémico y el otro lucha por preservar el privilegio blanco. También es cierto, que el mismo Biden tendrá la oportunidad de sanar el tejido social reinstaurando los principios que la súper potencia ostenta de tener y vivir bajo los mismos.  Este es el resultado de un populismo Trumpiano mal direccionado, divisionista que enardeció el racismo que ya se destilaba gota a gota en la nariz de todos los ciudadanos y que muchos se negaban a verlo. Este tipo de populismo usado para el beneficio de su proponente ha dejado al descubierto lo que ya se presentía venir un país fracturado y dolido que ahora tendrá que sanar sus propias heridas y sus instituciones poco a poco.

 La moraleja de la historia que nos deja el país vecino es: “Cuando veas la barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar”  dice el dicho.

 

 

 

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