Inmaculada Maternidad

Por: Ro Abad @Ro_abad1

En nuestro país la maternidad es una cuestión que sigue siendo calificada como una bendición, la etapa más hermosa de las mujeres, o una forma de justificar los errores maternales. 

 

 ¿De dónde viene esta ideología de santificación de la maternidad? Según el dogma o creencia católica la Inmaculada Concepción es el momento en que María fue concebida sin pecado original en el vientre de su madre. 

En palabras sencillas, se embarazo sin tener relaciones sexuales. Se consideraba pura, limpia y sin mancha o pecado. No se trata de cuestionar la verdad o no de esta teoría, pero de allí viene uno de las más antiguos antecedentes de la idea permeada sobre el porqué las madres deben ser sacrificadas y aguantar lo que sea por sus hijos e hijas. 

 Podríamos decir que entonces la maternidad no es un hecho natural sino una construcción social y cultural. Incluso que parte de una idea religiosa que no puede ser probada.  

La idea de que es natural por una cuestión biológica ha reforzado la idea a lo largo del tiempo. Las creencias religiosas (muy respetables) no querían a una mujer como Eva, sino como María y esto se sigue pensando hasta nuestros días. 

El discurso religioso insiste en que el lugar de la mujer es el hogar, que la biología también destinaba a ser responsables de la educación para que criaran a buenos seres que siguieran las normas establecidas de conducta. El modelo mariano fue el modelo a seguir por décadas y parece que está en la cabeza de toda la humanidad. 

 La visión de que María es una mujer del pueblo, sacrificada, sin riquezas, recatada, que es dedicada al hogar entre otras características que se les dan a las llamadas amas de casa. 

Entonces biología y cultura parecen estar unidas y con lo que hemos dicho hasta ahora entonces podría tratarse de una ficción social que ha sido heredada de manera arraigada hasta nuestros días. 

Y no se trata de culpar a nadie, ni a la religión ni a la sociedad, simplemente es un comportamiento que se heredó y se hizo costumbre.  

 

Poco a poco se ha ido rompiendo esa idea, aunque, como lo hemos dicho varias veces desde Polifacetik, aún existe esta idea de mujer madre idealizada cuando sabemos que hoy la crianza debe ser tarea de dos y los espacios sociales deben evolucionar para permitir que las mujeres puedan ser madres, profesionistas sin tener que decidir. 

La maternidad vista como un sacrificio viene precisamente de esa visión casi glorificada.

En cuanto una mujer se embaraza parece que el baby shower es su despedida de apapacho pues todos la consienten y ayudan, pero una vez que nace el bebé se les abandona porque inconscientemente se espera que sacrifiquen su tiempo, ambiciones, sueño y hasta sentido de identidad por el propósito mayor que es criar a otro ser. Biología simplista que les da derecho a opinar, e incluso legislar sobre un cuerpo ajeno.

Cuando la mujer se doblega ante la cultura y la sociedad y se pierde a sí misma podemos llegar a extremos terribles.

En nuestra cultura hay muchas mujeres que padecen el Síndrome de Wendy: cuando se asumen roles de madre sacrificada y perfecta, y se sobreprotege a los hijos. Y es asumido como una obligación y todo viene de la historia con toques de religión.

 

 

Referencias  

https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/5089020.pdf

https://www.nytimes.com/es/2017/09/17/espanol/opinion/la-maternidad-no-es-un-sacrificio.amp.html

http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1405-94362005000200035