El éxodo laboral femenino
Por: Nadia Velmore
La llamada “home office” u oficina en casa nos ha obligado a voltear hacía adentro de nuestros hogares y darnos cuenta que los roles de género aún siguen profundamente arraigados en la sociedad. Relegando a las mujeres no nada más de los espacios físicos, sino también de los espacios laborales. Durante la pandemia hemos escuchado incontables historias sobre mujeres que de pronto se encontraron adentro de su casa buscando un espacio silencioso para trabajar y no encontraron ninguno, ya que el trabajo reproductivo de continuar con las comidas, comprar víveres en el supermercado, lavar, doblar y planchar la ropa así como mantener la casa en un estado habitable, no espera, ni se detiene por jornadas de trabajo de nadie.
Los efectos de Covid-19 se han sentido en cada esquina de nuestras vidas. Sin embargo, uno de los sectores más golpeado han sido las mujeres alrededor del mundo, las cuales han tenido que dejar la fuerza de trabajo para relegarse a las labores del hogar, por falta de tiempo o espacios.
Pero ¿Qué es lo que sucede? ¿Es que acaso algunas mujeres son obligadas a cumplir con estos roles de género por la pareja? o ¿Son ellas mismas las que se los imponen?
La respuesta no es sencilla, sin embargo, las principales razones que se han observado alrededor de diferentes sociedades incluyendo la mexicana son:
Una de las razones son los roles de género que han permeado a través del tiempo, así como la disparidad salarial en la que muchas mujeres se ven atrapadas las obliga a ceder su posición como proveedoras. Ya que su contraparte percibe más dinero y al no haber escuelas o estancias infantiles abiertas (derivado de la pandemia) que se encarguen de los infantes, la oportunidad de percibir un salario es solamente una ilusión en el horizonte. En el caso de madres solteras esta problemática se agudiza tremendamente, ya que algunas de ellas sólo cuentan consigo mismas. Las redes de apoyo se vuelven fundamentales para evitar el éxodo femenil de la fuerza de trabajo. Joan Williams profesora de la Universidad de California Hastings del Colegio de leyes afirma que esta es la receta perfecta para borrar cualquier rastro de la carrera que una madre pudiera alcanzar.
La ONU analizo datos de 38 países sobre trabajo y aplico encuestas en más de 50 países. Los datos que encontró son desalentadores. Las mujeres han aumentado 5.2 horas a su día solamente en el cuidado de los infantes, mientras que los hombres solamente los han hecho con 3.5 horas. Esto se traduce en 30 horas a la semana solamente en el cuidado de infantes, adultos mayores y tareas domésticas.
Derivado del incremento de trabajo doméstico el éxodo femenino de la fuerza laboral ha alcanzado niveles que no se habían visto antes. Por poner algunos ejemplos, al final del segundo cuatrimestre del 2020 había 321 millones de mujeres que no pertenecen a la fuerza laboral en comparación con 182 millones de hombres de acuerdo a una estadística en llevada a cabo en 55 países de percepción económica alta y media encontrando que las disparidades mas altas se encuentran en América Latina.
¿Qué podemos hacer como mujeres para evitar dejar la fuerza laboral? Aquí te dejamos algunos consejos que tal vez puedan ayudarte:
- Concientizar que tú trabajo es importante.
- Igualdad de género es compartir las tareas en partes iguales.
- Hacer una lista de tareas domésticas que son necesarias para el funcionamiento del hogar.
- Dividirlas y separarlas entre las personas que conviven en el mismo hogar, atendiendo a sus edades, los horarios en que dichas tareas pueden llevarse a cabo y la frecuencia de las mismas.
- Organizar redes de apoyo: Haz una lista de familiares y amigos que puedan apoyarse unos a otros y lograr dividir las tareas domésticas que requieren salir de casa.
Estos son solamente algunas consejos que pueden ayudarte a permanecer dentro de la fuerza laboral. Recuerda divide y consquita.