Rumbo al 8 de marzo 2021
Por: Ro Abad 
@Ro_abad1
El 8 de marzo es el Día Internacional de la Mujer. De acuerdo con datos históricos de Naciones Unidas la elección de la fecha y su historia se rastrean hasta el siglo XIX: el 8 de marzo de 1857, en plena revolución industrial, miles de mujeres con el lema “Pan y Rosas” salieron a las calles de Nueva York para protestar por la precarización laboral, así como para exigir un recorte de las jornadas y el cese de la explotación infantil. Con ello se generó una primera fecha simbólica.
Posteriormente, en 1909, más de 15 mil mujeres del partido socialista volvieron a tomar las calles de New York para demandar la reducción de los horarios de trabajo, aumento de salarios y derecho al voto.
Unos días después, el 25 de marzo, 146 trabajadoras de origen judío e italiano murieron en el incendio de la fábrica Triangle Shirtwaist, en New York. Este evento tuvo varias repercusiones en la legislación laboral estadounidense. Posteriormente esta tragedia se reivindicó durante las conmemoraciones del Día Internacional de la Mujer, por lo que en ocasiones se suele citar erróneamente el 8 de marzo como fecha del incendio.
Por eso cuando hablamos de este día no se trata de felicitarnos sino de una conmemoración de lucha en diferentes momentos por los derechos de las mujeres.
En 2020 fue un año diferente, recuerdo claramente que todo giraba en torno a dos cosas principales: el paro de mujeres y la marcha.
Semanas previas a la marcha, hubo una organización como nunca me había tocado, en esa ocasión muchas mujeres de la universidad de donde soy egresada se organizaron por carreras. A mí, me tocó en el bloque de ex alumnas. Había participado en actividades, pero nunca en una marcha y menos en una que tuvieran tan malos antecedentes pues meses antes habían marchado las feministas y habían destruido todo a su paso. Era una sensación de estar haciendo algo malo o prohibido y decidí continuar porque peor es que nos sigan matando.
El hecho de que se llevara a cabo en mi alma mater me daba más confianza. Nos pusimos de acuerdo en donde nos veríamos, como nos distinguiríamos, las reglas y por supuesto hasta tomamos una capacitación para marchas (donde se nos explicó que grupos iban, como actuaban y que pasaba si te detenían). Invite a mi hermana y armamos nuestra propia ruta de salida muy a pesar de que nadie de la familia estaba de acuerdo en que nos “arriesgáramos” de esa manera pues estaban los rumores de que aventarían ácido o habría muchas infiltradas.
Aun así, decidimos acudir pues a pesar de las diferencias somos un par de mujeres hartas de tanta cosa.
Llegó el día y había que marcarse como lo acordado, ropa cómoda y llegamos al lugar. Nunca lo voy a olvidar.
Recuerdo que la vibración era tan alta que lloré en un par de ocasiones entre miles y miles de mujeres reclamando por las desaparecidas, por la violencia por el machismo, por la opresión, por los estereotipos, por la desigualdad y por la injusticia.
Cumplimos nuestro propio plan y nos encontramos con mi esposo. Después nos enteramos de las supuestas policías infiltradas para causar ruido. Yo nunca creeré que esas mujeres eran parte de los contingentes pues lo que se vio ese día no era más que hermandad y voces unidas ante una misma lucha.
Había que preparase para el siguiente evento: el paro nacional de mujeres. Un evento sin precedente en nuestro país. De pronto empresas, gobiernos, instituciones y universidades de todo el país estaban uniéndose al paro. Si no activamente, por lo menos sin tomar ninguna medida contra las mujeres que decidieran participar y no acudir a trabajar o estudiar ese día.
Algunas sacaron comunicados no muy claros, otras sólo con imágenes, pero hasta las más conservadoras estaban conscientes de lo que pasaría ese día. De acuerdo con algunas cifras in día sin mujeres representó 37 millones de pesos incluidas las actividades del hogar sin remuneración. Fue un segundo triunfo en donde ni las noticias negativas que pretendían opacar la marcha y el mismo paro hicieron eco y se logró algo verdaderamente histórico.
Luego ocurrió lo terrible: se anunciaron los cierres por el coronavirus. Nadie pensó que duraría tanto, primero hasta Semana Santa, luego 10 de mayo y así ya pasó un año...hoy en 2021 no hemos visto tanta organización y unidad como el año pasado.
No es dato nuevo que la violencia doméstica aumento considerablemente con la llegada del virus. Ahora se convive más horas con el agresor. La desigualdad laboral también se hizo más grande porque las mujeres dejaron sus trabajos por atender el hogar y darles prioridad a las actividades de cuidado y a esto le agregamos la pérdida de vidas y empleos como consecuencia paralela.
Este año tenemos muchas opiniones divididas, quizá se perdió la unión del año pasado, quizás otras sólo están cambiando sus prioridades. Hay mujeres que si saldrán a marchar con todo y el gran riesgo de salud que eso implica pues piensan que el machismo es más grave que el Covid-19. Otras harán campaña en redes y algunas más están convocando a un paro. Está perfecto, cada quien toma sus decisiones y decide cómo hacerlo. Lo importante es que sepamos porque y que hagamos algo.
Algunas te dejamos algunas opciones de actividades a las que te puedes unir:
- La unión de Mujeres activistas de la Ibero https://instagram.com/uma.ibero?igshid=162ghw50iyl6i
- En Ser Mujer en Mexico https://instagram.com/sermujerenmx?igshid=knj69jrh6oa
- Mamá feminista tiene una iniciativa muy creativa de hacer un “cacerolazo” https://instagram.com/mama.feminista?igshid=tv29e5dghbic
- Unión Europea https://fb.me/e/4UqxHoam0
- Puedes vestirte de morado, usar un pañuelo verde o morado, o algo en tu atuendo ese día
- Puedes sacar una tela morada a tu balcón o una cartulina con alguna consigna o reclamo feminista
- Puedes participar en algún taller de esos días
Solo recuerda no dejar pasar este día y poner tu pequeña gran aportación para generar el cambio.
Referencias